Se acabaron las vacaciones hace un mes y regresamos a la rutina escolar de mi niño grande pero a parte he hecho un cambio importante, he regresado un par de horas a la oficina (3 horas) 2 días a la semana.
Tuvimos unas vacaciones bastantes tranquilas, relajadas y paseadas. Los dos niños muy sanos sin ningún problema que nos hiciera descansar de manera forsoza.
En cuanto regresamos a clases y el primer día que fui a la oficina Gael se quejó de que le dolía el estómago, aparentemente pasó y se fue al colegio. Yo iba a llevar a Liam con mi mamá pues ella me ayuda un rato (otras veces su papá), siempre despierta temprano y ese día también decidió despertar tarde y soy incapaz de despertarlo intencionalmente.
Soy afortunada y tengo un horario flexible pero ese primer día llegue tarde pues Liam decidió despertar tarde y tuve que pasar por Gael a la escuela pues se sentía mal del estómago. Es decir , la ley de Murphy me atacó por ambos frentes. Descanse un día y al otro día que también tenía que ir Liam está mal del estómago ahora y con fiebre. Yo no lo podía creer, después de semanas de estar perfectamente bien justo cuando no podía estar con ellos decidieron enfermarse. Estoy segura que les ha pasado también y uno se va a la oficina con el corazón chiquito por no poder estar con ellos.
Mis aliados para estar tranquila mientras los niños se quedaron en casa enfermizos con la abuela y papá:
1. Suero para evitar la deshidratación
2. Ipad con skype para verlos
3. iPad con Netflix para que vean sus películas favoritas y caricaturas favoritas en su propio perfil.
4. Alarma en el iPad con el recordatorio de sus medicinas.
5. Gelatinas y muchos liquido.
Regresar a la oficina siempre es un reto como mamá pero dejarlos enfermos es lo peor. Todo mejoro y ya estamos de nuevo con la rutina de 3 días de homeoffice y 2 en la oficina.
¿A ustedes les ha pasado algo similar?